sábado, 30 de mayo de 2020

OBSERVACIÓN DE CLASE PARTE 1


3 consejos para agudizar tu capacidad de observación no verbal

¿Qué es realmente observar? ¿Por qué es útil la observación de clase? ¿Qué conlleva la observación y cómo se lleva a cabo? A diferencia de "ver" o "mirar", el "observar" conlleva una serie de habilidades específicas, como el análisis y la objetividad, y el establecimiento de un objetivo específico por el cual se está efectuando el proceso de observación.



La observación de clase y su importancia en la mejora de la práctica docente

La observación se puede entender como un proceso que requiere de atención voluntaria e inteligente, orientado por un objetivo con el fin de obtener información. Ampliemos un poco este concepto. Antes que nada hay que comprender que la observación es un proceso ¿y qué conlleva un proceso?, un proceso conlleva una serie de pasos ordenados y orientados a algo en específico. Ahora bien, para observar, necesitamos de nuestra atención, es decir, hay que enfocar todos nuestros recursos mentales, y además hay que hacerlo inteligentemente, es decir, de manera que realmente podamos lograr nuestro cometido al observar, utilizando todas nuestras habilidades y experiencia. Finalmente, debe haber un objetivo, un fin el cual una vez alcanzado nos proveerá de información que necesitamos.

3 consejos para organizar una clase de forma exitosa
¿Para qué observar?
¿Y de qué sirve observar las clases? ¿o en su defecto la práctica docente? Bueno, la observación de clase nos puede ayudar a mejorar muchos aspectos del ámbito educativo, siempre y cuando se haga de manera bien intencionada, específica y sistemática

Observar nos permite comprender de manera clara y objetiva la realidad educativa que aqueja a un grupo, una escuela, o incluso un país. Al conocer dicha realidad, conocemos también los defectos y virtudes tanto de los docentes, como de los alumnos, e incluso de las instituciones. La observación, bien ejercida dentro del ámbito educativo, le permite al observador descubrir aspectos que pueden ayudarle a intervenir en la mejora de los procesos educativos, sobre todo el de enseñanza-aprendizaje, ya que la observación de clase busca principalmente evaluar dichos procesos para implementar estrategias que mejoren la calidad de estos.

¿Qué se necesita para observar? Habilidades y características del observador
Contrario a lo que se pueda pensar, no es indispensable ser un experto en la materia ni tener una maestría en observación de clase para hacerlo de manera eficiente. Lo que se requiere es poseer características y habilidades que como observadores nos permitan alcanzar los objetivos que nos hayamos planteado, como por ejemplo:

  • Sentidos eficientes (vista y oído principalmente).
  • Estar libres de fatiga (física o mental).
  • Habilidad para graduar los rasgos de conducta, es decir, medir apropiadamente la intensidad con la que se presenta dicha conducta.
  • Tener buena memoria.
  • Ser ágil mentalmente.
  • Liberarse de prejuicios cuando la situación lo requiera (como es el caso de la observación).
  • Interpretar correctamente lo que se observa.
Todo esto le permitirá al observador desempeñarse óptimamente en su labor.

¿Qué tipos de observación de clase existen?




























¿Qué tipo de observación elegir?
Cuando se trata de la observación de clase, lo ideal sería aplicar la observación directa, estructurada, y si se nos permite, también participante. En primer lugar, la manera más sencilla y eficiente de comprender un fenómeno es presenciándolo, ser parte de este, es por esto que observar en primera persona el proceso educativo que vamos a evaluar es la opción más viable si queremos alcanzar nuestro objetivo. 

La planificación de la observación que se va a realizar tiene múltiples beneficios, como por ejemplo:
  • No perdemos el rumbo. Sabemos qué, por qué y cómo observamos.
  • Agilizamos el proceso.
  • Administramos el tiempo de manera eficiente.
  • Tenemos presentes en todo momento los aspectos que vamos a observar y qué queremos identificar en estos.
  • Nos aporta una sensación de seguridad y confianza al realizar nuestra labor.
  • Organizamos la información y le damos un sentido lógico.
  • Nos preparamos física y mentalmente.
  • No lo dejamos todo a nuestra memoria.
Es por estas y muchas otras razones que la observación de clase, fundamentalmente, debe ser estructurada. Finalmente, esta puede ser participante (o participativa), ya que de esta manera podremos involucrarnos en el fenómeno que observamos, lo cual nos abrirá las puertas para interactuar y comunicarnos con el contexto, aunque debo resaltar que esto puede afectar el "proceso natural" de la clase, ya que el observador representa un agente externo y desconocido que puede alterar el comportamiento tanto de los estudiantes como del docente, y de esta manera modificar el ambiente natural del grupo.

¿Qué observamos en el docente?
Principalmente, el observador va a enfocarse en sus habilidades, capacidades, personalidad, conocimiento, destrezas, valores. En resumen, va a observar y analizar las competencias docentes.
A continuación podrás ver algunas de estas competencias.



Conclusión

La observación de clase es fundamental para comprender la realidad educativa de un contexto en particular, ya que nos provee de información que no obtendríamos mediante ninguna otra fuente. Hay que tomar en cuenta que el observador requiere de habilidades y características específicas que le permitan ejercer su labor eficazmente. Quien sea que reúna dichas características puede prepararse para convertirse en un observador de clase. Lo ideal es observar las clases de manera directa y estructurada, solo así cumpliremos nuestros objetivos. Las competencias docentes son un importante foco de atención en cuanto a la observación de la práctica docente.

sábado, 9 de mayo de 2020

PRÁCTICA EDUCATIVA Y PRÁCTICA DOCENTE


Características y dimensiones

Serie foco en educación: el trabajo colaborativo, experiencias ...

Tal vez resulte un tanto confusa la distinción entre la práctica docente y la práctica educativa, y si bien son dos conceptos diferentes, cada uno con sus respectivas dimensiones y características, la realidad es que conviven de manera interdependiente y permanente. De hecho no es posible establecer una línea para delimitar donde acaba una y empieza la otra. Estas se llevan a cabo conjuntamente, aunque podríamos referirnos a la práctica educativa como la parte macro de la labor del docente, y a la práctica docente como el quehacer de este dentro de la escuela.

Cuando un maestro se prepara para una clase, previene los materiales que utilizará, diseña actividades en base a las necesidades de sus alumnos, utiliza experiencias previas con su grupo para crear su planeación, estudia el tema a enseñar y piensa en los diversos escenarios que se podrían presentar durante la clase, se está llevando a cabo su práctica educativa, puesto que esta es "un conjunto de actividades dinámica, reflexiva y amplia que conlleva los procesos y situaciones acontecidos antes y después de la intervención pedagógica".

Cuando el docente se encuentra en el aula, interactúa con sus alumnos, implementa estrategias de enseñanza, sigue los protocolos establecidos por la institución, se relaciona con los diversos actores educativos como los demás maestros, el director, el personal administrativo, los padres de familia, entonces estamos siendo testigos de su práctica docente, la cual es básicamente "el conjunto de acciones que el profesor desarrolla en el aula".

Es importante recalcar que la práctica docente es de carácter social, pues responde a un conjunto de necesidades que buscan una construcción cultural y social; es de carácter objetivo e intencional, ya que tiene fines específicos enfocados a los procesos de enseñanza los cuales son diseñados, planeados y dirigidos con la finalidad de generar conocimientos y competencias.

La práctica docente, al igual que la educativa, posee sus respectivas dimensiones, siendo estas: la personal, referida a todo lo relacionado al docente y su persona; la institucional, en la que entran las características institucionales y su influencia en la práctica docente; la dimensión interpersonal, es decir, en la que interviene la compleja red de relaciones entre los actores educativos (alumnos, docentes, directores, padres de familia); la social, ya que la educación busca responder a una demanda social; la didáctica, referida a los procesos de enseñanza, y la valoral o valórica, entendida como aquella en la que intervienen los valores tanto personales, como institucionales.

La práctica educativa no se limita a las situaciones que se presentan dentro de la institución escolar. Es por esto que las dimensiones de esta corresponden a: la planificación (previo), la interacción y la evaluación o reflexión de los resultados (posterior). 

A continuación se presentan un mapa conceptual en el que se simplifican las características de estas dos prácticas y un esquema gráfico en el que podemos observar la descripción de la práctica educativa.






Innovación educativa

Innovación educativa ¿Qué es la innovación educativa y pedagógica? Según Sigfredo Chiroque (2002) "es un proceso de cambio intencional ...